Robles y Vinos

Las barricas de añejamiento de los vinos generalmente están hechas de roble blanco americano. La comunión del roble y del vino le da a éste último, características especiales. Este espacio está dedicado al vino principalmente, aunque tocaremos temas relacionados con él. Que tenga una feliz estancia en este sitio.

jueves, junio 01, 2006

Historias de la uva Syrah


Hace siglos que se consume en Europa, y hoy es un favorito de los viñedos americanos. Pero el syrah cuenta con una historia estrechamente ligada a la cultura occidental. Incluso, hay quienes sostienen que su rojo violáceo mojó los labios de Cristo durante la Última Cena.

El monte Ararat, al este de Turquía, es donde crecieron las primeras uvas capaces de producir vino: las vitis vinifera. El vino fue recorriendo el camino de los mercaderes fenicios, bajando por la región mesopotámica hacia la desembocadura del Tigris y el Éufrates, expandiéndose luego por Galilea y atravesando Irán. Allí se encuentra la ciudad de Chiraz, que da su nombre al varietal Syrah o Shiraz.

Cuenta la historia que el vino de esa región era predominantemente tinto, y que su consumo se propagó en geografía y tiempo hasta la era cristiana. De todas las variedades antiguas, es tal vez la uva syrah la única que subsistió hasta el presente. La presunción de que el vino de la consagración, el que Jesucristo convierte en su sangre durante la última cena, fuera justamente un syrah, alimenta el misticismo que lo rodea.

Según esta versión, los romanos fueron quienes llevaron las vides de syrah a la región del Ródano, en Francia; y fueron los ingleses quienes, siglos después, la introdujeron en Norteamérica y Australia, donde se popularizó como shiraz y protagonizó el gran auge de la industria vitivinícola australiana. Allí el shiraz supo desarrollar su mejor sabor, su mayor robustez y su más refinado bouquet.

Como tantas otras, la uva syrah llegó a suelo americano traída por españoles e italianos, y en sus comienzos se cultivó principalmente para aportar a los vinos genéricos cuerpo y color, potenciando su expresión -ya que no es una variedad de alto rendimiento-. Justamente estas características (su marcado aroma a especias y frutos rojos, y su intenso color rojo violáceo) revalorizaron al syrah y empujaron su gran resurgimiento como varietal en todo el mundo, durante las tres últimas décadas.

Es importante saber que esta variedad posee la cualidad de envejecer rápidamente con gran calidad, y constituye un excelente vino para guarda, aunque también los vinos jóvenes ofrecen una agradable sensación al paladar por su rápida oxidación. Por ello se presenta una marcada segmentación en el precio; y desde los vinos modestos de bajo costo hasta los inalcanzables, en líneas generales todos son buenos.

Para disfrutar un syrah, no debe escogerse una copa demasiado grande y abierta, sino una que permita la liberación gradual de los complejos aromas mientras se mezclan lentamente con el oxígeno. Su paladar es untuoso y aterciopelado. El maridaje recomendado es con carnes de cerdo o caza, aunque bien puede congeniar con platos muy elaborados, de sabores y condimentos bien marcados.