Tostadas de reno, especialidad de local berlinés
El viejo sueco, en el barrio berlinés de Charlottenburg, es el único restaurante nórdico en la capital alemana. "Probablemente el único de cocina escandinava en Berlín", afirma Rane Rapo, quien administra el local desde principios de 2006. Rapo, nacido en Finlandia, sucedió al sueco Ulf Mansson, quien abrió el restaurante en 2003.
Según Rapo, que sea originario de Finlandia no tiene ninguna importancia. Explica que vivió muchos años en Suecia y que la cocina finlandesa apenas se diferencia de la de ese país. "Además, los finlandeses estuvimos 500 años bajo dominio sueco", agrega con una sonrisa pícara. Lo importante para él son un buen servicio, una buena comida y un ambiente agradable.
Esa filosofía funciona: hace un año, El viejo sueco fue elegido uno de los 10 mejores locales de Berlín, según la guía culinaria alemana Marcellino's. Los gourmets llegan de toda Alemania. Alrededor de 10 por ciento de los comensales son escandinavos. "Muchos extrañan la comida de su patria - dice Rapo-, y los alemanes quieren recordar sus vacaciones en Suecia", agrega.
"Los alemanes esperan que sirvamos venado y pescado", dice el gastrónomo. Lo cierto es que en la carta se encuentran tanto filete de alce y tostadas de reno lapón, como arenques ahumados o bacalao ahumado al roble. También se sirve el plato favorito del poeta nacional sueco August Strindberg: filete de vaca, el cual lleva su nombre.
En El viejo sueco no hay nada que pueda ocasionar problemas a los paladares alemanes, porque "le hincan el diente a la comida igual que los clientes suecos", asegura. En cuanto al idioma, los berlineses tienen bastante talento; palabras como hej les son fáciles de pronunciar. Además, las camareras hablan en sueco. Estas, al igual que los cocineros, son de ese país. Aunque también emplean a alemanes; "no queremos discriminar a nadie", agrega Rapo guiñando el ojo.
Según Rapo, que sea originario de Finlandia no tiene ninguna importancia. Explica que vivió muchos años en Suecia y que la cocina finlandesa apenas se diferencia de la de ese país. "Además, los finlandeses estuvimos 500 años bajo dominio sueco", agrega con una sonrisa pícara. Lo importante para él son un buen servicio, una buena comida y un ambiente agradable.
Esa filosofía funciona: hace un año, El viejo sueco fue elegido uno de los 10 mejores locales de Berlín, según la guía culinaria alemana Marcellino's. Los gourmets llegan de toda Alemania. Alrededor de 10 por ciento de los comensales son escandinavos. "Muchos extrañan la comida de su patria - dice Rapo-, y los alemanes quieren recordar sus vacaciones en Suecia", agrega.
"Los alemanes esperan que sirvamos venado y pescado", dice el gastrónomo. Lo cierto es que en la carta se encuentran tanto filete de alce y tostadas de reno lapón, como arenques ahumados o bacalao ahumado al roble. También se sirve el plato favorito del poeta nacional sueco August Strindberg: filete de vaca, el cual lleva su nombre.
En El viejo sueco no hay nada que pueda ocasionar problemas a los paladares alemanes, porque "le hincan el diente a la comida igual que los clientes suecos", asegura. En cuanto al idioma, los berlineses tienen bastante talento; palabras como hej les son fáciles de pronunciar. Además, las camareras hablan en sueco. Estas, al igual que los cocineros, son de ese país. Aunque también emplean a alemanes; "no queremos discriminar a nadie", agrega Rapo guiñando el ojo.
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