Castello Banfi en Montalcino
Cerca de la costa oeste de Italia se encuentra Montalcino, en la Toscana, entre Florencia y Roma, muy cerca de la isla de Elba, frente Córcega, y cerca de Siena, quizá la ciudad más bella de la región.
A pocos kilómetros de la ciudad, se encuentra el Castello Banfi, la bodega más importante de la región. La región en la que se encuentra ubicado el Castello Banfi es cuna de algunos tipos vinos muy afamados, como El Brunello di Montalcino, el Rosso di Montalcino, y el Sant'Antimo.
Castello de Banfi forma parte de las 2,800 hectáreas vinícolas, que tiene una buena cantidad de etiquetas IGT (Indicazione Geografica Tipica), por lo que más del 80% de las tierras de la región incluidas en las DOC (Denominación de Origen Controlada) y DOCG (Denominación de Origen Controlada y Garantizada) pertenencen a Castello Banfi.
A pesar de ser una bodega relativamente joven, ha logrado reconocimiento por su calidad. La historia misma de la bodega es interesante, así como la de su propietario John Mariani Jr., pero no nos detendremos en ellas. Tan solo diremos que Mariani Jr. introdujo cepas francesas como Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Sauvignon Blanc y Chardonnay. Estas cepas se unieron a la tradicional Sangiovese Grosso, tambien llamada Sangiovese Brunello.
Castello Banfi tienen capacidad para producir 1.3 millones de cajas, y la gran estrella de los vinos que produce es el Brunello di Montalcino. Su producción es pequeña y son de los más finos de la denominación. Elaboran dos Brunello de un mismo viñedo, el Poggio All'Oro Reserva, con notas de cedro, tabaco, especias y cereza, y el Poggio Alle Mura, con aromas intensos de mermelada de moras y frambuesa, vainilla y chocolate.
Ambos vinos pasan por maderas francesa y eslovaca, el All'Oro Reserva por 30 meses y el Alle Mura por 24 meses.
El Castello Banfi Brunello di Montalcino tiene notas avainilladas con tonos de licor de cereza y especias. Fue el primer vino italiano que alcanzó la denominación DOCG, gracias a su aristocracia, balance y fabulosa proclividad al añejamiento. En su elaboración el Brunello tiene un añejamiento de hasta cuatro años, incluyendo un mínimo de dos años en barricas de roble, lo que le da su robusto carácter.
Posee el Brunello un rico color granate, y en boca es profundo, complejo y opulento, suavizando su vigor en el regusto de forma elegante y duradera.
Se recomienda para carnes rojas, asados, estofados condimentados, y quesos potentes en sabor, como el Parmigiano Reggiano.
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